Mi amiga-hermana Miriam me sorprendió un día anunciándome su intención de viajar con Daniel y Diana un domingo al mes a un país diferente. Su único equipaje es el buen ánimo y el apetito por las experiencias gastronómicas que sus hijos están apreciando, gracias a las inquietudes de una madre que se desvive por colocarlos en el planeta con herramientas infalibles. Por fin he podido sumarme a esta aventura con Jimena y Rodrigo. Las agendas de fin de semana de los niños de padres separados y con cumpleaños múltiples y competiciones deportivas diversas, nos impedían acompañarlos en el periplo. Por fin, sin maletas ni billetes, pero con muchas ganas de queso fundido hemos aterrizado en El chalet suizo de Alcobendas, especialistas en fondue. Leer Más
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