Podemos saber lo que somos pero no en lo que nos convertiremos. Restaurante Umma, Santander

El final del viaje a Cantabria invitada por mi amigo Santi de Cabárceno para asistir al acto de exaltación del hojaldre de Torrelavega me sabe a queso lebanés con tomate. Un nuevo queso de oveja de elaboración afrancesada, hecho en Potes y que me sirvió Miguel Ángel Rodríguez Gancedo en UMMA.

El chef del gastrobar o Restobar, como dicen en Lima, en el que se ha convertido la Sixtina, restaurante mítico en Santander regentado por sus padres Miguel Ángel y May, hizo un despliegue de su saber hacer con un menú rebosante de modernidad y respeto al producto de su tierra.

Miguel Ángel, que ha pasado por cocinas tan poderosas como El Celler de Can Roca y Noma se ha propuesto que en Umma de Umami, de Humo, y de tanto más que explica en el video que adjunto, comer forme parte de una experiencia ajena a la formalidad.Que se acuda también a escuchar música, a beber buenos tragos y a charlar de mucho más que de comida.

La relación calidad- precio es extraordinaria y el ambiente neoyorquino conseguido tras la reforma de la Sixtina de sus padres le gustó mucho a mi amiga Teresa, realizadora de Madrid Directo que sueña con vivir en un loft. Mi Miriam se incorporaba a trabajar a Equipo de Investigación a los pocos días y no disfrutó de los platos perfectos para un final de verano cántabro que nos servían con fluidez y para compartir. Otra vez el teléfono se quedará en el hotel.

Cada vez que vuelva a Santander iré a Umma. El recibimiento de Miguel Ángel senior, padre del chef y los recuerdos de reportajes de anchoas millesimés y del Transcantábrico que siempre me llevaban a la entonces Sixtina, los agradezco muchísimo. Como esas polkas de hojaldre y glasa real que me atrajeron de nuevo a la Cantabria más tradicional y más dulce.