Durante los últimos veinte años he recorrido y he corrido mucho para tener cada día una historia que contar a propósito de la gastronomía. Empecé “invadiendo”(porque nunca había entrado una cámara de televisión) las cocinas de los restaurantes que en Madrid homenajeaban la culinaria regional española, y descubrí un mundo de sabores, aromas, texturas y tradiciones entre pucheros…que me atrapó y me desvió de la rabiosa actualidad, de la política, la economía, los sucesos…
Relatar cómo se hacían unos callos a fuego lento y verlos cómo sudaban, según me contaba mi amigo, el asturiano Antonio Cosme, en la desaparecida Casa Fabas en la plaza de Herradores suponía un desafío audiovisual que mis espectadores agradecían y mucho.
Después llegó el momento de conocer cómo se come y se bebe en el resto del planeta y Madrid volvió a ser un escaparate fascinante en el que los peruanos, los alemanes, los chinos, los marroquíes… tenían mucho que decir con sus ingredientes, exóticos en la España de entonces. Algunos eran nativos otros no. De aquella época voy a rescatar a Mariano, que me abrió la boca a las irresistibles fondúes suizas que tanto gustaban a Guillermo Tell.
Fotografía: cogida de la web Fondue de Tell.
Los lugares insólitos donde se han construido espacios para comer y compartir han resultado muy atractivos también para una audiencia ávida de motivos diferentes: Un tren en Hoyo de Manzanares, “el vagón de Beni…” un Teatro en pleno barrio de Salamanca, “el Teatriz”.
Fotografía: Web El Vagón de Beni
La Casa de Campo es todo un decorado de película en el que están representadas las comunidades españolas a partir de construcciones típicas, palacios y casas solariegas en las que se da de comer lo propio del lugar que representan. Mi buen amigo Carlos Nuere me descubrió Guipuzcoa con unas sardinas, una tortilla de bacalao y sidra a go-gó una insuperable noche de verano…en un caserío vasco.
Luego he vuelto muchas veces a grabar cosas ricas gallegas en A Casiña, a José Luis, a Currito, a la Casa de Burgos de Araceli, al Bosque Sagrado de Asturias…en casi todas la comida es la coartada para emprender otros viajes.